Educación Felina

«Quiero un Gato Educado, Limpio y Bien Portado»

Gato con una expresión curiosa, sentado en un entorno hogareño.

Cuando los tutores me dicen que quieren un gato educado, que cómo pueden hacer para corregir a su michi, usualmente están pensando en sus necesidades, pero no en las del michi. Así que te lo diré rápidamente: a quien le falta educación es al humano.

Veamos algunos casos por los que me solicitan una Asesoría Vincular Felina:

«Mi gato se trepa a la mesa y yo no quiero que lo haga».

Traducción: Humanos que desconocen que el gato es un animal trepador.
Solución: bríndale muebles altos al michi (usa los que ya tienes en casa como refris, libreros, alacenas, y compra arbolitos o gimnasios en una petshop).

«Mi michi araña mis muebles»

Traducción: el michi es un animal territorial y como tal necesita marcar su territorio.
Solución: agrega rascadores horizontales y verticales cerca de ese mueble, y colócale encima una manta para proteger el tapizado. Otra solución es que a futuro optes por tela para tapizar amigable con las garritas del michi.

«Mi gato se orina fuera del arenero»

Traducción: michi altamente estresado.
Solución: llévalo a la veterinaria. Si no está castrado, hazlo. Si lo está, que le realicen exámenes para corroborar que no esté enfermo. Si no está enfermo, pregúntate qué le puede estar estresando en casa y soluciona la causa del estrés.

«Mi gato le sisea al michi nuevo»

Traducción: michi altamente estresado por la presencia de una amenaza (sí, el nuevo michi es una amenaza), por tanto, pedirle que no sisee no es un pedido real, pues el siseo no es ataque, sino una vocalización de defensa.
Solución: No le puedes pedir a un michi que no sisee, sino, más bien, debes ayudarlo a comprender que el otro no es una amenaza. Y del otro lado, debes observar su lenguaje corporal, porque de repente, ese otro michi sí lo esté amenazando y no te estés dando cuenta.

«Mi gato bebé me ataca, es agresivo»

Traducción: usualmente, se debe a que es un gato que le falta estímulos o que juegan con él usando sus manos.
Solución: bríndale sesiones de juego enriquecedoras. Y no digas que el michi tiene varios juguetes y no lo usa. Quien debe jugar con él eres tú. Ah y no sigas usando tus manos. Usa mejor una cañita de pescar.

Como se podrá entender, si comprendiéramos la naturaleza felina y sus necesidades, no tendríamos problemas para entender su conducta y, por ende, brindarles lo que necesitan.

Igualmente, no quiero decir que estos casos no ameriten pasar por una Asesoría Virtual Personalizada, pero si vamos cambiando nuestra percepción de lo que es un «gato educado» por una versión de un michi real, es probable que el problema inicial no sea un problema de la conducta del michi, sino más bien sea producto de la falta de conocimiento humano.

¿Consideras que alguno de estos casos podría ser un problema para ti? ¿Te has encontrado con personas que piensan que sus michis deben ser educados? ¿Qué les dirías?

Me gustaría leer tu opinión.

Y ya sabes ¡Cuida a tu michi!

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